Por qué tratar a las mascotas como hijos no es bueno

La humanización de los animales es un fenómeno en alza: en países como Estados Unidos, la gran mayoría considera que las mascotas son hijos de hecho

Mascotas 01/07/2022 Luján 365 Luján 365
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David Sedaris, uno de los cronistas más lúcidos del actual Estados Unidos, explica en un reciente ensayo para la revista The New Yorker cómo ve su país tras la pandemia. El escritor viaja por diversas ciudades y en su periplo destaca la presencia de adultos mimados que se niegan a ponerse la mascarilla, de adolescentes mimados cuyos padres se niegan a que trabajen y de mascotas mimadas, que reciben la aprobación generalizada.

El autor describe una escena en un hotel de cinco estrellas, en Washington, D.C: “En el desayuno, observo cómo, en la mesa de atrás, una mujer pide un plato extra. Lo llena de huevos fritos y bacon y lo deja en el suelo, para que su perro, un pequeño terrier, coma”.

Al acabar, cuenta Sedaris, el perrito deambula por el comedor. Su correa extensible bloquea el paso de los comensales, pero a nadie parece molestarle. De hecho, el perrito recibe todo tipo de elogios. Una mujer le anuncia a la dueña del terrier que ella también tiene “dos bebés peluditos” esperándola en casa. “Debe de ser muy duro estar separada de ellos”, observa la dueña del terrier. “Lo es, sí”, le responde, “pero pronto verán a su Mamá”, responde la otra.

La mujer no hablaba en broma. De acuerdo con una encuesta de 2019 de la firma de análisis JWT Intelligence, el 89% de los estadounidenses solteros y el 91% de los que viven en pareja consideran que las mascotas son hijos de hecho. En este país, aún puntero en exportar tendencias sociales y culturales, los animales de compañía se han convertido en un pilar emocional para mucha gente y en un mercado gigantesco.

En paralelo a un descenso de la natalidad, aumentan las personas que tratan a sus perros o gatos como hijos. “Mi hija tiene patas”, aseguraba Melissa, radiante dueña de una bóxer llamada Ziva, en un reportaje de la BBC América. En el mismo explica que ella y su marido decidieron “no tener hijos humanos” por causas económicas y medioambientales y optaron por adoptar un perro.

Un perro, sin embargo, al que trata como a un hijo humano: su dueña (bueno, su “madre”, como insiste en que le llamen) le cocina cada día, le prepara fiestas de cumpleaños y lo cuida  como una auténtica “madre helicóptero”. La casa está tachonada de fotografías enmarcadas del matrimonio con el bóxer. Melissa asegura que ella, su esposo y su perra forman una familia: “El mundo está cambiando y la gente se está volviendo cada vez más abierta a lo que es una familia, que hoy puede tener diferentes formas”.

ORVSSJQ6MFBGZJIVNSDHD6SUTYLa triste historia de la perrita que abandonaron en la calle con un bolso de juguetes

Uno más de la familia

En España, el fenómeno de la humanización de los animales de compañía se está acelerando. De hecho, hemos pasado de ser una sociedad que los maltrataba a mimarlos en exceso. Da fe de ello Carlos Carrasco, educador canino y autor del libro Haz equipo con tu perro (Plataforma).

“Hoy hay una conciencia que hace treinta o cuarenta años no existía”, explica. “Antes se trataban a los animales a periodicazos, se les daban sobras para comer, pasaban frío… Lo que sucede es que nos hemos ido a otro extremo, en el que la gente trata al perro como si fuera un niño con pelo que ladra: hoy la humanización es el gran mal para las mascotas”.

“Como educador canino veo que, en general, el cariño que la gente proporciona a sus perros es más un premio para los humanos que para el animal”, explica Carlos Carrasco. Está harto de lidiar con animales a los que dejan solos todo el día, “aburridísimos y estresadísimos”, y cuando sus dueños llegan: “Como también pasa con los hijos, se sienten culpables y tratan de compensar mimando al perro a muerte: le hacen grandes fiestas, lo hiperexcitan, lo tienen en brazos, lo achuchan como si fuera un bebé… Y esto deriva en problemas de ansiedad, hiperapego y comportamiento que le causan sufrimiento”.

Carlos Carrasco, educador canino y autor del libro 'Haz equipo con tu perro'
Carrasco es licenciado en Derecho y Administración de Empresas, pero su pasión por los perros le llevó a especializarse en estos animales. Dirige una empresa de adiestramiento y su misión, asegura, “es mejorar las relaciones entre perros y humanos”. ¿Ya no les podemos llamar mascotas?: “Bueno, hay que tener cuidado, porque si dices ‘mi mascota’ hay quien se ofende… Pero claro, tampoco se puede decir ‘mi perro’, porque te dicen que el perro no es una posesión…”. ¿Ya no se es “el dueño” hoy? “Tampoco, pero hay que tener en cuenta que el perro está a mi nombre, yo le doy de comer, lo vacuno, lo llevo al veterinario, lo paseo… Es cierto que el lenguaje evoluciona en paralelo a la sociedad, pero creo que en algunos aspectos estamos perdiendo un poco la cabeza”, resume.

¿Se ha perdido la cabeza al tratar a los animales como a hijos? Este especialista en comportamiento animal lo tiene claro: “A ver, una relación sana entre perro y dueño tendría que ser una relación en la que el dueño tratara a perro como animal. ¡Fíjate que mi principal trabajo es explicar a la gente lo que es un perro! Que entiendan que no es un niño con pelo sino… ¡Un animal! Con sus instintos y necesidades y sus pautas naturales de comportamiento”.

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Fuente: La Vanguardia

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