El exorcista mendocino que enfrenta al mal: la historia real del sacerdote Miguel López D’Ambola

Su misión, tan real como desconocida, lo coloca en el centro de una batalla espiritual silenciosa que muchos aún dudan que exista.

Mendoza18/10/2025LUJAN365LUJAN365
Exorcismo en Mendoza
El cura exorcista de Mendoza. Foto: LOS ANDES

En una provincia conocida por sus montañas, vinos y fe, hay una historia que escapa a lo cotidiano. Miguel López D’Ambola, párroco de Nuestra Señora de Luján de Cuyo, lleva más de diez años desempeñando un rol tan discreto como inquietante: es el sacerdote exorcista designado oficialmente por el Arzobispado de Mendoza.

Su labor, rodeada de misterio y muchas veces de malentendidos, consiste en intervenir en casos donde se sospecha la presencia del mal. Pero, lejos de los clichés del cine, el padre aclara:

“El exorcismo no es un espectáculo ni una práctica supersticiosa. Es una oración solemne que busca liberar a una persona de la influencia del mal”. 

Una tarea espiritual con apoyo médico y psicológico

Según el protocolo eclesiástico, el exorcista trabaja en conjunto con médicos y psicólogos antes de realizar cualquier rito. La Iglesia Católica, prudente en estos temas, exige discernir entre problemas espirituales, psicológicos o médicos.

López D’Ambola explica que los casos auténticos de posesión son muy pocos, y que la mayoría de las personas que llegan hasta él necesitan contención, acompañamiento espiritual y tratamiento psicológico.

“Muchas veces se trata de heridas emocionales profundas, no de posesión demoníaca. La oración y la fe son las verdaderas herramientas de liberación”, afirma. 

Lo que el cine no muestra sobre los exorcismos reales

Películas como El Exorcista o El Conjuro alimentaron el mito del ritual aterrador, con gritos, levitaciones y crucifijos volando. Sin embargo, la realidad en Mendoza dista mucho de esas escenas.

El sacerdote subraya que el verdadero combate espiritual ocurre en lo cotidiano:

“La lucha contra el mal se da en la vida diaria, en la oración, en los sacramentos y en mantener la fe viva”.
Su mensaje es claro: el mal existe, pero el miedo no debe tener la última palabra.

Fe, prudencia y un mensaje esperanzador

El padre Miguel López D’Ambola continúa su servicio en silencio, visitando familias, orando por los enfermos y ayudando a quienes sienten estar bajo una influencia negativa. Para él, la fe es una medicina poderosa.

“La oración sincera, los sacramentos y la comunidad son las armas más fuertes contra cualquier mal”, sostiene el sacerdote.
 
Más que miedo, esperanza

Su historia recuerda que, incluso en tiempos de confusión, la fe sigue siendo una luz que guía y protege. Mendoza tiene su propio exorcista, pero su verdadero mensaje no es el miedo: es la paz interior.

Fuente: Periódico en 5

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