Te contamos la historia de la sepultura conocida como "La dama del Perrito"

La obra hecha de cantera, se inauguró en 1944, con la bendición del Arzobispo de La Habana. Pero, ¿quién fue la Dama del Perrito?

Jeannette Ryder, fue una estadunidense de nobles y humanitarios sentimientos, llegó a La Habana a principios del siglo XX, donde fundó el Bando de Piedad de Cuba en 1906, una sociedad dedicada al cuidado y la protección de niños y animales.

El perro Rinti era el más fiel acompañante de Jeannette; la seguía a todos lados, velaba su sueño y compartía con ella sus alegrías y tristezas, por eso también el amigo inseparable la siguió también hasta el cementerio, el 11 de abril de 1931, cuando fue sepultada.

Como allí no se permitía la presencia de animales, Rinti era sacado a la fuerza cuando caía la noche, pero cada mañana, al abrir las puertas del camposanto, volvía a los pies de la tumba de su dueña, y allí permanecía sin comer ni beber, a la espera de que la parca los volviera a unir, hasta que así sucedió.

El amor de un perrito es incondicional y nunca muere

Esa historia inspiró al artista Fernando Boada para crear la escultura “La Tumba de la Fidelidad”, singular obra que refleja la lealtad y nobleza del perro hacia el ser humano, como recompensa a la labor humanitaria que esa mujer desarrolló.

¡Desde entonces este conmovedor acto de amor y nobleza fue añadido a esta obra escultórica, como prueba de que ni el más allá pudo quebrantar la lealtad de un perrito!

Fuente: El placer de la lectura - Foto: www.radioreloj.cu