Nene desesperado por el hambre llamó a emergencias: “En mi casa no hay nada para comer”

La historia de Miguel Barros, de 11 años, conmocionó a la sociedad brasileña y despertó un aluvión de solidaridad. La madre y cinco de sus siete hermanos viven en una casa precaria

Mundo11/09/2022Luján 365Luján 365
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La historia conmueve a todo Brasil. Un nene de 11 años, desesperado por el hambre, marcó el teléfono de emergencias y le contó al operador el motivo de su llamada: “Señor policía... es porque no hay nada para comer en mi casa”.

Miguel Barros se convirtió en el protagonista de un caso que se repite cada vez con mayor asiduidad en el país vecino. El miércoles pasado decidió comunicarse con el servicio de emergencias. En los tres días anteriores, su madre solo le había podido ofrecer harina de maíz y agua a él y a cinco de sus hermanos.

Cuando el nene contó el motivo de su llamada, el operador pensó enseguida que se trataba de un caso de negligencia. Pero cuando los agentes llegaron a la humilde vivienda de Santa Luzia, en la periferia de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, se encontraron con la triste realidad de una familia desesperada.

La policía arribó a la vivienda y se topó con las alacenas vacías. La madre, Celia, de 46 años y soltera, está sin trabajo y no tenía dinero para comprar nada. Seis de sus ocho hijos aún viven con ella.

Entonces, los oficiales fueron al supermercado y regresaron con una bolsa de alimentos, incluidas las donaciones del dueño de la tienda que se conmovió tras conocer el caso. Luego, la prensa local se hizo eco del llamado de Miguel y la historia se hizo viral.

Entonces, las donaciones de alimentos y dinero comenzaron a llegar desde todo Brasil y de fuera, desbordando la cocina de la familia. Hoy las alacenas de la casa lucen llenas.

”Llegó mucha comida diferente, alguna ni siquiera sé qué es”, dijo Miguel, sonriente, mientras abría una alacena repleta.

La mamá de Miguel: “Sufrimos mucho porque el hambre duele”

La mamá de Miguel contó a la AFP que tuvo varios trabajos ocasionales hasta que comenzó la pandemia y quedó desempleada. ”Sufrimos mucho. No lo olvidaré nunca, porque el hambre duele”, afirmó con su hijo menor en brazos.

”Llegas al punto en que no puedes ni levantarte ni hacer nada... Miguel me vio desesperada y llorando, y decidió hacer lo que hizo. Y gracias a Dios ahí cambió todo”, contó.

La historia del niño conmovió a los habitantes de un país donde el hambre volvió a ser un problema importante, después de haber sido casi erradicado hace una década.

Brasil apareció en la última edición del “Mapa del hambre” de Naciones Unidas, un registro del que había salido en 2014, con el 28,9% de la población viviendo en “inseguridad alimentaria moderada o grave”.

FUENTE: TN

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