En Argentina 9 de cada 10 hogares tienen deudas con tarjeta y más de la mitad son por comida

La situación financiera de los hogares argentinos atraviesa un momento crítico: 9 de cada 10 familias mantienen algún tipo de deuda con tarjeta de crédito y, en el 58% de los casos, esas obligaciones están directamente relacionadas con la compra de alimentos y otros bienes esenciales.

Estos datos, relevados por la consultora Econviews, muestran que la morosidad en familias subió del 2,76% al 4,48% en el último período, lo que refleja el creciente peso que tienen los intereses y las dificultades para cumplir con los pagos.

Tasas de interés que asfixian

Uno de los principales factores que agravan esta situación es el nivel de las tasas de interés en el país. La Tasa Nominal Anual (TNA) para financiamiento con tarjeta de crédito se ubica cerca del 85%, mientras que los intereses punitorios por pagos atrasados superan el 100% anual.

En este contexto, quienes abonan únicamente el pago mínimo se ven atrapados en un círculo de deuda que se vuelve cada vez más difícil de cortar.

Cómo impacta en las familias

El uso de la tarjeta de crédito para cubrir gastos básicos es una señal de alerta:

Significa que los ingresos mensuales no alcanzan para cubrir las necesidades esenciales.
La deuda se acumula rápidamente debido a los intereses elevados.
El margen para gastos imprevistos se reduce a cero.
 

Recomendaciones de especialistas para salir del círculo de deuda

Evitar el pago mínimo: siempre que sea posible, cancelar el saldo total o un monto mayor para reducir intereses.
Revisar tasas y buscar alternativas: algunas entidades ofrecen planes con tasas promocionales más bajas.
Priorizar gastos esenciales y reducir compras no imprescindibles.
Consultar programas de refinanciación o créditos con tasas más bajas para consolidar deuda.
 

Un problema que crece en todo el país

La combinación de inflación, salarios rezagados y tasas de interés récord ha generado un escenario en el que el financiamiento con tarjeta de crédito dejó de ser una herramienta de consumo ocasional para convertirse en un recurso de supervivencia mensual.

Los economistas advierten que, de no modificarse las condiciones macroeconómicas, la morosidad podría seguir en aumento durante los próximos meses.