El problema de las várices durante el embarazo

Las venas tortuosas y dilatadas que aparecen con mayor frecuencia en las piernas y los pies, son un trastorno que genera siempre inconvenientes y que se agrava durante el período de gestación.

Consejos 23/07/2018 Gabriel Alberto Arias para Crónica
embarazo

El momento del embarazo para la mujer suele traer varios cambios y a la vez ciertas complicaciones, como el caso de las várices que deben ser tenidas en cuenta y tomar los recaudos respectivos para tratarlas de la manera más correcta.

En el embarazo pueden aparecer venas varicosas (azuladas, a veces hinchadas y muy molestas) en cualquier zona de las piernas, pies o pelvis. El motivo es la dificultad de la circulación de retorno, igual que en los edemas, las hemorroides o los calambres. A pesar de que las várices mejoran tras el parto, esa afirmación no se da en todos los casos y hay que mejorarlas.COOP 4
Por tal motivo, el médico flebólogo e investigador Miguel Angel Gramajo Booth (M.N. 42.569 y creador del método de Flebología Retaurativa) comentó al respecto que "Lo mejor es tratar de prevenirlas antes del embarazo para entrar en la gestación en las mejores condiciones posibles, pero si ya está embarazada, tiene que atender los cuidados propios de la etapa sin necesidad de esfuerzo físico".

"Hay una serie de puntos que sería importante tener en cuenta como mantener una dieta saludable para que el aumento de peso de cada mes sea el apropiado, movilizar las piernas cada una hora y en la casa o trabajo estar totalmente pendientes de que eso ocurra, recostarse y elevar las piernas durante cinco minutos cada una o dos horas con un ángulo ideal de posición de descanso de 45° y sobre todo, en la medidad de lo posible es conveniente no trabajar hasta último momento”, agregó el especialista.

Diferentes matices

Hay que destacar que luego del parto las várices pueden llegar a reducirse y hasta desaparecer completamente en algunas mujeres. Esto sucede porque después de dar a luz, se pierde la carga de hormonas en sangre y el equilibrio vuelve a restituirse de manera paulatina.

Gramajo Booth dijo sobre este punto que "en caso de que permanezcan, a partir del segundo mes después del parto se puede comenzar un tratamiento pero esto depende de la evaluación de cada paciente porque, hay un proceso de ‘vuelta a la normalidad’ que puede mejorar mucho el cuadro si este es leve".

Si las várices no llegan a desaparecer existen métodos que permiten tonificar y recuperar esas venas sin necesidad de esclerosarlas o eliminarlas. Uno de esos métodos se llama Fleboterapia Restaurativa, que es un tratamiento mínimamente invasivo que se originó en Europa y fue perfeccionado en nuestro país a través de diversas investigaciones.

Mientras los procedimientos tradicionales anulan la vena, este tratamiento introduce en la luz del vaso una sustancia natural que repara la pared del mismo y permite que la sangre fluya normalmente.

Sus resultados son visibles, ya que la recuperación de las venas se percibe a simple vista luego de cada aplicación y, los síntomas de malestar comienzan a desaparecer. Otras dos ventajas del tratamiento son que puede llevarse a cabo en cualquier época del año y la paciente logra reincorporarse de inmediato a sus actividades habituales.

Los síntomas

A la hora de saber cuáles son los síntomas de las várices, las mismas son la visualización de la red venosa de las piernas, pesadez y cansancio de las piernas, dolor, calambres (generalmente nocturnos), hormigueos, sensación de calor o picores y escozores, hinchazón o edema de los pies y tobillos, cambios de coloración en la piel, várices o venas dilatadas y retorcidas y aparición de úlceras, entre otros puntos.

Es muy importante destacar que si no se lleva a cabo un tratamiento (existen de varios tipos y modalidades) pueden aparecer complicaciones como cambios en la piel, úlceras varicosas, hemorragias, flebitis superficial, infecciones, trombosis de las venas varicosas y embolismo pulmonar, aunque para llegar a esto habría que ser descuidada con una misma.

El diagnóstico

Con relación al diagnóstico de las várices es bastante sencillo, ya que en varios casos es el propio paciente quien se da cuenta y acude a un profesional. La exploración debe realizarse de pie, ya que esta postura favorece la aparición de las várices.

A simple vista, se ve la red venosa dilatada, lo que indica la situación y extensión del problema. Además, también se puede apreciar la coloración y aspecto de la piel, la existencia o no de otras lesiones como manchas, lesiones por rascado o úlceras, lo que permite valorar el grado de afectación.

La buena noticia es que son muchos los tratamientos que existen para tratar las várices y la variedad para aplicarlos, aunque antes de llevarlos a cabo hay que consultar con un profesional que aconsejará la técnica más adecuada para cada caso y las ventajas e inconvenientes de cada proceso, así como contraindicaciones o complicaciones.

Medidas físico-higiénicas, fármacos, analgésicos, microcirugía, stipping o escleroterapia son algunas de las medidas que se pueden tomar para tener piernas lindas durante y luego del embarazo, aunque ante cualquier duda hay que consultar a un médico.COOP 4
Diez claves para la prevención

1. Debe evitarse el sobrepeso ya que esto favorece la aparición de várices.

2. Es necesario controlar el estreñimiento con una dieta rica en verduras, frutas legumbres y cereales.

3. Realizar ejercicio físico de manera regular, ya que la movilización de los músculos de las piernas ayuda a impulsar la sangre hacia el corazón, evitando que se acumule y pueda dilatar las venas.

4. Se debe evitar el calzado plano o con tacones altos, al igual que sea muy ajustado, porque dificultan el retorno venoso y restan eficacia a la musculatura de las piernas.

5. No utilizar ropa muy ajustada porque al comprimir ciertas zonas, dificulta el retorno venoso.

6. No permanecer mucho tiempo de pie sin moverse, o estar sentado durante mucho tiempo con las piernas cruzadas.

7. Hay que evitar las temperaturas altas, especialmente cuando afectan a los miembros inferiores, como braseros o calefactores dirigidos a las piernas, pero también la exposición al sol, sauna, o baños muy calientes.

8. Una buena medida es un masaje diario, tumbado y con las piernas levantadas desde el tobillo hasta el muslo.

9. Aunque las várices con frecuencia producen picores, no hay que rascarse, sobre todo cuando la piel está debilitada, porque puede romperse una varice o producirse alguna herida, que se infectan con facilidad y son difíciles de curar.

10. Las medidas higiénicas son recomendables para evitar el riesgo de infecciones.

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