Acoso familiar: qué hacer cuando los enemigos están en casa

El acoso familiar es una forma de agresión relacional. Se basa en la crítica constante, en la humillación, el desprecio y la manipulación por parte de padres, hermanos u otras figuras hacia un miembro en concreto. Ese tipo de dinámica mancomunada casi siempre está dirigida por un perpetrador al que determinados familiares de menor poder se adhieren.
Si bien es cierto que, cuando hablamos de acoso, visualizamos casi al instante un patio de colegio o un entorno laboral, hay otro escenario que, a menudo, pasamos por alto. La familia también acosa y derriba, y ese embiste psicoemocional puede ser, en ocasiones, tan o más lesivo que las experiencias de bullying escolar.
Tener el enemigo en casa supone no disponer de ningún refugio o fuente de apoyo. Crecer siendo la oveja negra o el patito feo resulta traumático y, por lo general, esas situaciones no se resuelven al llegar a la edad adulta.
Tener uno o varios intimidadores con tu mismo código genético conlleva tener que frente a situaciones incómodas, a pesar de que ya no se viva en el núcleo familiar. Intentemos hacer una radiografía más detallada de esta realidad.
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Fuente: La Mente es Maravillosa