Estalló el viruela del mono y la OMS lanzó una guía para frenar su avance

La viruela del mono estalló en varios países de Europa, y en España las autoridades sanitarias locales publicaron una guía para contraatacar el avance. El barbijo y el aislamiento resultan las armas más efectivas.

Mundo 23 de mayo de 2022 Luján 365 Luján 365
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El Consejo Interterritorial de España señaló que las personas contagiadas con el virus de la  viruela del mono o que se consideren casos sospechosos tendrán que aislarse y solo podrán salir para ir al médico. Los contactos estrechos, por su parte, no deberán hacer cuarentena pero sí reducir al máximo los encuentros y usar barbijo en todo momento. 

Este protocolo para la detección precoz y manejo de casos ante la alerta de viruela de los monos (Monkeypox) fue elaborado por los técnicos de la ponencia de alertas del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y difundido por toda  España a raíz del reciente estallido de la enfermedad. 

Si bien se trata de una enfermedad con larga data, es la primera vez que se registran cadenas de transmisión en Europa sin vínculos aparentes con África, dónde la enfermedad ya es una epidemia, y esto ha hecho sonar la alarma de los epidemiólogos locales, todavía sensibles tras la crisis social que desencadenó el Covid-19 durante el 2020.

En el documento, se señala que gran parte de los afectados son personas jóvenes y que, en los casos registrados en España, la mayoría de los infectados serían hombres que mantuvieron relaciones de riesgo con otros hombres.

Sin embargo, y “a tenor de la información disponible en estos momentos, se hace patente la importancia de prestar una especial atención a la población afectada sin descartar la posibilidad de aparición de nuevos casos en otros grupos de población”, asume el órgano técnico del Ministerio de Sanidad y las comunidades, que apela a “abordar el estudio de estos casos evitando cualquier estigmatización del colectivo LGTBI+”.


¿Cuándo se considera que un caso es "sospechoso"?
Serán sospechosos los que presenten su erupción característica (exantema vesicular) más uno de los síntomas clásicos de la enfermedad (fiebre, dolor de cabeza, muscular, ganglios inflamados o cansancio) una vez descartadas otras patologías.

Los probables serán los que, además de cumplir este criterio, en los 21 días antes de iniciar síntomas hayan tenido un contacto estrecho con un caso confirmado, con más foco si el encuentro fue de índole sexual o si se concretó con una persona que haya regresado recientemente de un viaje a zonas endémicas de África. Ninguno será caso confirmado hasta que lo determine una prueba de laboratorio.

Casos confirmados
Todos los casos confirmados o que estén en investigación “deben permanecer aislados y bajo vigilancia”. En el caso de los no hospitalizados, deberán aislarse “en una habitación o área separada de otros convivientes” hasta que desaparezcan las lesiones. Durante este periodo, se aconsejó utilizar barbijo, en especial si la persona presenta síntomas respiratorios. En caso de no ser esto posible, como puede ocurrir con los niños, el resto de los habitantes del hogar deberán llevarlo puesto.  

Además de esto, la guía señaló que no sería aconsejable el contacto con animales, ya sean silvestres como domésticos. De modo que "las mascotas deben ser excluidas del entorno del/la paciente”. Este último tampoco “debe abandonar el domicilio, excepto cuando necesite atención médica de seguimiento”. De ser esto necesario, será obligatorio el uso de mascarilla y tendrá prohibido el uso del transporte público.


Al mismo tiempo, aclara que si bien los convivientes deberán evitar lo más posible el contacto estrecho con los infectados, no tendrán que seguir las medidas de aislamiento. 

Respecto a los casos hospitalizados, serán ingresados en una habitación con presión negativa -nunca en una con presión positiva- y, si no hay disponibilidad, en una individual con baño. El aislamiento deberá prolongarse hasta que desaparezcan las lesiones.

El personal hospitalario usarán Equipos de Protección Individual (EPI) adecuados y mascarilla FFP2, pero cuando hagan procedimientos que generen aerosoles o cualquier otro sobre la vía aérea, deberán ponerse la FFP3, protección ocular, guantes y batas impermeables de manga larga. Asimismo, será necesario tener un listado de todo el personal que atiende a casos en investigación o confirmados.

Casos confirmados
“Ante cualquier caso sospechoso se iniciará la búsqueda e identificación de posibles contactos estrechos tanto entre el personal sanitario como entre convivientes, laborales o sociales, especialmente los contactos sexuales. No se iniciará el seguimiento hasta la confirmación del caso”, indica la guía.

Los contactos estrechos no harán cuarentena pero sí tienen que “extremar las precauciones y reducir todo lo posible las interacciones sociales utilizando de forma constante la mascarilla”, lo cual “incluye la indicación de abstención de mantener contactos sexuales durante el periodo de seguimiento”. Se les indica el autocontrol de la temperatura una vez al día durante 21 días tras la exposición.

El contacto estrecho tiene que poder ser localizable durante todo el periodo de seguimiento, y si eventualmente presentara algún síntoma compatible con el virus, como fiebre o dolor de cabeza, “deberán hacer autoaislamiento domiciliario inmediato y contactar de forma urgente con el responsable del seguimiento”.

Se considera contacto estrecho a quien haya estado en contacto con un caso confirmado desde el comienzo del periodo de transmisibilidad que coincide con el inicio de aparición de los primeros síntomas, en las siguientes circunstancias:

 Contacto a menos de 1 metro en la misma habitación con un caso confirmado y sin equipo de protección (o con incidencias en su uso). “Se tendrá que valorar a los convivientes, el personal sanitario que ha atendido al paciente, contactos en el ámbito laboral y social” y “se hará especial hincapié en recabar información sobre las personas que haya podido mantener relaciones sexuales en contextos de riesgo con el caso”.

 Contacto directo con ropas, ropa de cama o fómites usados por un caso confirmado durante el periodo infeccioso sin el equipo de protección.

Herida percutánea (por ejemplo, con una aguja) o exposición de las mucosas a fluidos corporales, tejidos o muestras de laboratorio de un caso confirmado.

Manejo de muestras de un caso confirmado por personal de laboratorio sin equipo de protección individual (EPI) apropiado.

Contacto con el cadáver de una persona fallecida por virus del mono o con ropa o fómites del cadáver sin EPI.
Medidas de control ambiental

La ropa deberá lavarse a más de 60 grados en una lavadora estándar con detergente. “Se puede usar lavandina, pero no es necesaria”, y hay que evitar sacudir o manipular ropa sucia que dé lugar a la dispersión de partículas infecciosas.


Platos, cubiertos y otros utensilios para comer no deben compartirse y se lavarán en lavavajillas o a mano con agua caliente y jabón. Los objetos y superficies contaminados deben limpiarse y desinfectarse con un desinfectante de uso hospitalario o con una dilución de 1:100 de lavandina de uso doméstico.

Vías de transmisión y síntomas
Antes de esta alerta, el principal mecanismo de transmisión era el contacto directo (incluyendo su consumo) o indirecto con mamíferos vivos o muertos, sobre todo roedores o primates de zonas endémicas.

Mientras que de persona a persona se da por gotas respiratorias grandes durante el contacto cara a cara directo y prolongado, contacto con fluidos corporales (en especial durante encuentros sexuales) de una persona infectada o con objetos contaminados e incluso de madre a hijo.

La enfermedad suele ser autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas, aunque hay algunos casos pueden presentar un desarrollo prolongado y grave, en especial en niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas. Todavía no existe un tratamiento puntual para el virus. 

El período de incubación es de 6 a 16 días, pero puede llegar a 21. Puede incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, inflamación de ganglios y cansancio. La enfermedad afecta especialmente a los jóvenes adultos, cercanos a los 30 años. 

Entre 1 y 5 días después de la fiebre, se desarrolla una erupción, que evoluciona secuencialmente de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.


En cuanto a las opciones terapéuticas, “históricamente se ha demostrado que la vacunación contra la viruela protege contra MPX”, sostiene la guía. En 2019, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprobó una vacuna de tercera generación contra la viruela y en 2022 ha autorizado un tratamiento antiviral específico que no está comercializado en España. La disponibilidad de ambos es muy limitada.

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