De vuelta a la rutina: consejos para combatir el estrés

Volver al trabajo después de las vacaciones puede ser difícil. Compartimos consejos para gestionar las emociones de esta etapa.

Consejos 01 de marzo de 2023 Dr. Juan Carlos Videla para TN
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Vuelta a la rutina anual

Regresar a nuestra rutina después de un receso, no es algo que nos agrade afrontar, sobre todo cuando hemos pasado tiempo en familia, disfrutando del sol y la playa o de espacios de descanso y dispersión que hacen que nos desconectemos de la cotidianeidad.

Volver al trabajo siempre conlleva un desafío emocional, retomar los horarios habituales y todas las obligaciones en definitiva nos aleja de la tranquilidad y puede incluso traducirse en estrés. Es necesario transitar del mejor modo posible este proceso adaptativo buscando siempre que sea emocional y físicamente ecológico.

Para quienes somos padres, tenemos que agregar una condición a este proceso de adaptación.

No solamente nosotros pasamos un periodo de estrés después de las vacaciones, sino que nuestros hijos también pueden verse afectados por el regreso a clases y a las obligaciones, esto también nos suma actividades y responsabilidades como padres. Y es acá donde nuestro desafío se hace mucho más grande, debemos brindarles a nuestros hijos las herramientas suficientes y necesarias para que puedan transitar sus días de adaptación de la mejor manera.

En definitiva, al hacerle frente a este estrés pasamos por un proceso de aprendizaje, que desde la mirada del Coaching, podemos decir pasa por varios aspectos: los juicios que hago de las situaciones -lo que pienso y digo al respecto, el lenguaje- , la emoción o los estados emocionales -qué pienso y cómo lo pienso-, y por supuesto las acciones -qué hago con eso que pienso o digo y cómo actúo, el cuerpo-. Esto me define como el tipo de observador que soy, o sea, cómo veo y cómo interpreto el mundo, lo que a su vez determina mis acciones y por ende, mis resultados.

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Resalto que las emociones son un aspecto fundamental de cualquier proceso. Para que se dé un aprendizaje eficaz se hace necesario tener apertura emocional. Las emociones las entendemos como predisposiciones para la acción, y cito al biólogo Humberto Maturana: “Los seres humanos nos encontramos siempre en determinados estados emocionales”. Por lo tanto, no hay situaciones en la vida en la que no tengamos emociones, ellas siempre están presentes y en muchas ocasiones, determinan nuestras acciones. Habrás escuchado por ahí -o tal vez hasta lo dijiste alguna vez- que no se deben tomar decisiones “en caliente” o “el que se enoja pierde”. Estas frases populares, de alguna manera reflejan el hecho claro y estudiado de que las emociones pueden ser malas consejeras. ¡Imaginate en un contexto de estrés!

Dicho lo anterior, y sosteniendo que el coaching nos plantea preguntas que nos llevan a reflexionar para encontrar en nosotros mismos aquello que necesitamos aprender y avanzar en este proceso de gestión emocional, te propongo que te tomes unos minutos para responder algunas preguntas:

1. ¿Qué emoción o estado emocional (tristeza, angustia, ansiedad, etc.) me aparece frente a esta situación?

2. ¿Cuáles son mis resultados, actuando desde este estado emocional o de esta emoción?

3. ¿Qué es lo que realmente me estresa de esta situación?

4. ¿Quiénes se ven afectados por mis acciones y/o emociones en esta situación? (Familia, amigos, compañeros de trabajo, socios, clientes, proveedores, etc.)

5. ¿Cuáles son mis opiniones, percepciones o juicios acerca de mi trabajo?

6. ¿En qué me baso para tener estas opiniones, percepciones o juicios?

7. ¿Qué es lo que más me gusta de mi trabajo?

8. ¿Cuáles son los mejores momentos que recuerdo de mi trabajo?

9. ¿Tengo o existen en mi trabajo nuevas metas o proyectos para este nuevo año?

10. ¿Qué quiero lograr en este nuevo año o a partir de este momento?

11. Fuera del trabajo, ¿qué actividades me gusta hacer y cuáles me generan placer?

Estas preguntas te servirán de guía, pero en definitiva podés agregar o quitar las que consideres que te pueden ser útiles.

Tomate tu tiempo para responder. De acuerdo a lo que respondiste y a la reflexión y evaluación que hagas, te invito a pensar en nuevas acciones que puedas llevar a cabo para gestionar ese estado que te genera estrés. En otras palabras, que diseñes cómo querés que sea de ahora en adelante, y que estas acciones diseñadas te lleven a tener un resultado diferente y mejor.

Ahora, solo te queda ejecutarlas y evaluar los resultados. ¡Adelante!

Si nosotros logramos que estas acciones sean sostenidas en el tiempo, podemos sortear el estrés cada vez que regresemos de nuestro periodo de vacaciones pudiendo ajustar el proceso de reflexión.

Si queremos resultados diferentes, pues hagamos cosas diferentes. Estoy seguro de que en este proceso podés aprender muchísimo, mientras avanzas en tu camino de crecimiento personal.

FUENTE: Dr. Juan Carlos Videla - (M.P. 6339)

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