Se acabó el tiempo para Lula: debe entregarse para cumplir 12 años de cárcel.

Luiz Inacio Lula da Silva, sería encarcelado en las próximas horas como desenlace de un histórico proceso judicial que ha sacudido a Brasil.

Mundo 06/04/2018 Edgardo Montivero Edgardo Montivero
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Luego de que anteanoche la Corte Suprema rechazó conceder al ex presidente un habeas corpus preventivo que hubiera evitado su prisión, el juez federal Sergio Moro le ordenó hoy que se entregara y le dio plazo hasta las 17 de hoy para presentarse ante la policía en Curitiba a cumplir su pena de 12 años y un mes por corrupción.

En el marco de la operación Lava Jato, Lula fue condenado por recibir de la constructora OAS un departamento tríplex en el litoral paulista como soborno en especie para favorecer a la empresa con contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010).

El ex presidente siempre clamó por su inocencia y denunció que el juicio es parte de una persecución política para asegurar que no compita en los comicios de octubre. Según las encuestas, Lula encabeza las intenciones de voto con un 37% de las preferencias.

En su orden de prisión, el juez Moro resaltó que "en atención a la dignidad del cargo que ocupó" Lula, le concedía la oportunidad de presentarse por su voluntad a la Policía Federal en Curitiba dentro de las 24 horas de expedido el despacho.

Dictaminó que "bajo ninguna hipótesis" los agentes policiales deberán esposar al ex presidente y subrayó que fue reservada una sala especial en la Superintendencia de la Policía Federal para albergarlo; estará separado de los demás presos para que no corra riesgo su integridad moral o física. 

El ex mandatario recibió las novedades en el Instituto Lula, en San Pablo, y de inmediato se trasladó hacia el sindicato de metalúrgicos en la vecina São Bernardo do Campo, donde se inicio su carrera como líder obrero en la década del 60.

Visiblemente abatido, al caer la noche se reunió allí con otros líderes petistas, entre ellos la presidenta del partido, la senadora Gleisi Hoffmann, la destituida ex mandataria Dilma Rousseff, así como con numerosos legisladores que se acercaron a expresarle su solidaridad mientras se discutían los próximos pasos a dar. Afuera, poco más de mil de militantes petistas con banderas rojas y simpatizantes rodearon el edificio y entonaron vivas en su nombre además de insultos al juez Moro.

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