Para mejorar nuestra vida

Como había dicho anteriormente, hablaremos de la segunda parte de la comunicación efectiva. En la primera parte escribí sobre la escucha activa, en esta segunda parte trataremos del hablar efectivo.

Consejos30/07/2018LUJAN365LUJAN365
Curso-de-comunicacion-efectiva

Nuestro hablar, nos identifica, da la primera sensación a quien nos escucha de lo que somos o lo que pretendemos ser o mucho más importante, la imagen o el ser de nuestra persona que queremos dejar en quien nos presta atención, parafraseando un refrán de Oscar Wilde dice: “No hay una segunda oportunidad, para causar una primera buena impresión”. En efecto, construimos nuestra realidad con la otra persona en el “que” y “como” hablamos. El conversar es algo particular del convivir donde relacionamos elementos del hacer y el emocionar. Fernando Flores dice "Lo que somos se construye en nuestras conversaciones históricas acerca de nosotros mismos, incluyendo las narrativas históricas en las cuales nacemos sin tener conciencia de ello”.

Cuando hablamos con una o varias personas, tiene un objetivo: trasmitir información, de hecho, vamos a comunicar algo que queremos decir, que lo llamaremos misión y cuando transportamos la misión a quien nos escucha decimos que es una trans-misión (transmisión). Sabiendo esto, lo que nos quedaría averiguar es, como haremos llegar esta información a quien le hablemos de una forma clara, precisa y adecuada.

Para esto debemos tener en cuenta que en el hablar se compone de tres partes fundamentales, que al principio lo estudió Mehrabian en 1967 y con el pasar de los años tuvieron y siguen teniendo algunas modificaciones:

1 - lo verbal: son las palabras en sí, expresión de emociones, pensamientos y sentimientos. Es el “que” hablamos.

2 - lo paraverbal: es como decimos las palabras, el uso de nuestra voz o sea entonación, volumen, velocidad o ritmo, pausa, énfasis, silencios, etc. y se refiere al “como” hablamos.

3 - lo no verbal: sería el lenguaje corporal como los gestos, posturas, mirada, respiración, etc. también se refiere al “como” hablamos.

De los estudios realizados, el resultado fue que, hablamos con solo el 7% la parte verbal, un 38% en lo paraverbal y el resto del 55% en lo no verbal. Como mencioné, sigue habiendo modificaciones en los valores y de hecho no se aplica para todas las conversaciones, pero mayormente es así, dado que somos “seres emocionales”. Personalmente lo redondeo en que solo un 10 % es el “que” decimos y un 40 % paraverbal sumado al 50 % no verbal, forman el “como” lo decimos.

En realidad, y variando algo de estos valores, lo que creo es que para garantizar y en lo más posible una correcta trasmisión de nuestros mensajes sería la coherencia entre estos tres componentes del hablar.

Les propongo algunas sugerencias que le van a ayudar a comunicar:

Primeramente, prestar atención al entorno donde se encuentra físicamente. Se debe tener conciencia en donde generamos una conversación o que curso toma, ya que la persona que recibe la información debe de estar lo más atenta posible en el lugar donde estemos, ver con quien se comparte el ambiente, la comodidad del oyente entre otros, hace que se preste todo, poco o nada de atención. Después, el contexto, algunas veces uno puede hablar de algo totalmente distinto a las circunstancias que rodean una situación, entonces es probable que no se pueda comprender correctamente lo que se quiera comunicar. Por ejemplo, si le dice a la otra persona una afirmación, pero su posición corporal o sus gestos no acompañan esta afirmación, la persona tiene una gran posibilidad de dudar lo que se le está diciendo. Es importante que nos preocupemos de nuestra transmisión no verbal, para lograr captar la mayor atención posible de la persona a la que estamos hablando. De esta manera, la persona que está enfrente de nosotros pasa a ser de oyente a observador. Entonces, dejemos un poco los celulares para poder prestar más atención a lo que comunicamos.

Algo de lo cual he tomado como guía para una mejor conversación, se llama pragmática conversacional de H.P.Grice (1975) la cual contiene cuatro máximas que son:

Máximas de verdad:

  • No digas aquello que crees que es falso.
  • No digas aquello para lo que no tienes pruebas adecuadas.
  • Máximas de información:
  • Haz tu contribución tan informativa como se requiera para los propósitos del intercambio informativo.
  • No hagas tu contribución más informativa de lo necesario.

Máxima de relevancia:

  • Di cosas relevantes. (importantes)

Máximas de claridad:

  • Evita las expresiones oscuras o complicadas.
  • Evita la ambigüedad. (de doble sentido)
  • Sé breve.
  • Sé ordenado.

Con las palabras que hablemos y como las digamos podemos acariciar o herir. Espero que estas sugerencias nos puedan ayudar a comunicarnos mejor, tanto para escuchar como para hablar y así tener una mejor y excelente relación con las demás personas y propongo buscar la coherencia en como llevamos nuestras charlas. Les dejo un pensamiento de Humberto Maturana “Cambiemos nuestras conversaciones y cambiara nuestra vida”. ¡Hasta la próxima!

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