Le decían "El Santito" y abusaba a las monjas

Un sacerdote está acusado de utilizar su rol de poder y abusar de religiosas, a quienes convencía para "aceptar su amor como algo sagrado" y absolverlas de sus pecados.

Argentina04/11/2022Luján 365Luján 365
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El fiscal Andrés Esteban Madrea pidió 15 años de prisión para el sacerdote Manuel Fernando Pascual, por haber abusado sexualmente de dos monjas de la Congregación Hermanas de San José de Núñez, entre 2012 y 2016. El pedido fue durante el alegato del juicio que se realiza contra Pascual, quien llegó en libertad, aunque estuvo varios meses con prisión preventiva por los graves hechos que se presume que cometió.

El fiscal pidió prisión efectiva por los delitos de "abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal perpetrado de manera continuada entre los años 2012 y 2016" y "abuso sexual gravemente ultrajante perpetrado de manera continuada entre los años 2014 a 2016", contra las dos religiosas. Según la acusación, Pascual a quien se apodaba "El Santito", se aprovechó de la situación de vulnerabilidad de las víctimas y ejerciendo su autoridad como líder religioso.


Algunas de las situaciones de abuso, según contaron las víctimas, se daban inmediatamente cuando alguna de ellas se iban a confesar con él sobre sus pecados. Los hechos, según denunciaron las monjas, ocurrieron en la congregación de Núñez ubicada en Ernesto Bavio al 2.800, pero también en una estancia denominada "La Ermita" en Capitán Sarmiento donde Pascual organizaba escapes religiosos.

Ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°3, la fiscalía resaltó que el acusado utilizó su rol de confesor y guía espiritual para primero obtener su plena confianza, manipularlas después para "aceptar su amor como algo sagrado" o forzar el contacto para no echarlas y luego avanzar en las maniobras abusivas. En esa línea, las mujeres relataron que el sacerdote las “confesaba y las absolvía de sus pecados” durante esas situaciones. Marcaron también que hablaba de “sanarlas” de sus heridas, de practicar su sexualidad para conocerse y las convencía de que debían “dejarse querer” por él.


En el juicio, una docena de personas relataron hechos de abuso sexual muy similares, algunos de los cuales se remontan a 1980. Esas denuncias incluyen a religiosas de otras congregaciones que aún siguen siendo monjas o bien otras que dejaron de serlo después de haber sufrido algunos hechos. Muchas de esas denuncias quedaron en la nada por prescripción, es decir, por el paso del tiempo.

Para el fiscal, el testimonio de las dos religiosas víctimas de abuso tienen "veracidad, espontaneidad y franqueza". En el juicio, fueron escuchadas tanto por psicólogas y psiquiatras que confirmaron los indicadores de credibilidad y traumas asociados a los hechos sufridos.

Fuente: MDZ ON LINE

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