Luke, el australiano que dejó una vida acomodada en su país para buscar oro en las sierras de San Luis, es un personaje peculiar y solitario que ha causado revuelo debido a su alocada historia de vida. Esta historia se remonta a la época de la fiebre del oro argentina, que tuvo lugar en el siglo XVIII en el pueblo de La Carolina.

LA FIEBRE DEL ORO EN SAN LUIS EN EL SIGLO XVIII
Aunque hoy en día apenas quedan unos pocos habitantes en este pequeño pueblo del norte de San Luis llamado La Carolina, en aquel entonces la localidad estaba abarrotada de buscadores de oro de todo el mundo, atraídos por la promesa de hacerse ricos.

“En el año 1795, un aventurero portugués se perdió en la zona y encontró oro en el cerro Tomolasta. Fundó el pueblo, claro.

Entonces, empezó a llegar la gente. Buscadores de todo el mundo. ¡Hay oro en el sur del virreinato! En el siglo XIX, La Carolina (su nombre en honor al rey Carlos III) llegó a tener 3.000 habitantes. La actividad era frenética. Hasta que se terminó...”, contó en su hilo el autor.

“Varios años después, otra mina de San Luis, en Cerro Áspero, abasteció al mundo de wolframio y tungsteno durante la Segunda Guerra Mundial. Pero esa es otra historia. La cosa es que, al terminar el boom del oro, La Carolina se fue despoblando. Eran 3.000, hoy son 300″, añadió.

Hace unos años, Luke descubrió esta historia y se obsesionó con ella, a tal punto de dejar una vida acomodada en Australia para venir al medio de las sierras a buscar los pocos vestigios que quedan de aquella época dorada.

LA CURIOSA HISTORIA DE LUKE, EL AUSTRALIANO QUE DEJÓ SU VIDA PARA BUSCAR ORO EN SAN LUIS

El joven australiano, de unos 30 años, había ganado un certamen de repostería al estilo ‘Bake off’ en su país natal. Tenía todo asegurado para un futuro con éxito, pero decidió tomar otro camino. En un principio, decidió mudarse a la India.

“Luke nació en una familia de muchísimo dinero: de hecho, el padre es cónsul de una representación australiana muy importante. Él es pastelero y uno buenísimo. Tenía la vida resuelta. Hasta que un día largó todo…

Se fue a India, vivió muchos años de forma frugal. Se volvió adepto de la deidad Jagganath. Trabajó en minas de diamantes. Y un día se enteró de que en las sierras argentinas había existido una fiebre del oro, más de un siglo atrás”, detalló el hilo de Twitter de @Periodistán.

“Luke se obsesionó. Y se enteró, así, de que aún quedan algunas vetas en los ríos de San Luis. Llegó a Argentina, decidido. Trabajó con Marcos, como pastelero. La gente se volvía loca con su repostería, querían conocerlo. Pero él no se dejaba ver y fue acentuando su soledad.

Y entonces un día se mudó a un ranchito, en el medio de la nada. Las sierras y él. Sin electricidad, sin luz. Solo. Y empezó a vivir de la búsqueda de oro. De manera artesanal, obviamente sin mercurio. Sólo un australiano y su tamiz”, añadió a su historia el escritor.

Hoy, Luke vive en soledad, se dedica a la búsqueda de oro de forma artesanal, utilizando un tamiz y evitando el uso de químicos dañinos para el medio ambiente. Esta actividad ha generado gran interés en la región, y muchos han intentado conocerlo o unirse a su búsqueda del oro.

Aunque es difícil encontrar a Luke, ya que vive en una zona remota y casi inaccesible, un grupo de personas se aventuró a buscarlo, lo encontraron y descubrieron a una increíble persona. Luke es un hombre solitario pero amable, que vive por y para la búsqueda del oro en las sierras de San Luis.

Su historia ha causado gran interés en la región y muchos se han acercado a conocerlo y a unirse a su búsqueda del oro. Luke ha encontrado una nueva vida en Argentina, dedicada a su pasión por la búsqueda del oro, lejos de la vida acomodada y el éxito en la repostería que tenía en Australia.

Fuente: Vía País