Junior-Boca, por la Copa Libertadores.

Una derrota dejará afuera al equipo de Guillermo y un triunfo lo acercará a los octavos.

Deportes 02/05/2018 Edgardo Montivero Edgardo Montivero
boca

El calor agobia. La presión, también. Y la procesión sacude por dentro a Boca. Porque aquí, en esta ciudad de contrastes, tendrá que revalidar su condición de favorito. En un escenario poco favorable en el aspecto climático y cargado de tensión. Una derrota podría traer duras consecuencias. Desde la prematura eliminación de la Copa Libertadores y el sueño trunco de la séptima hasta la fecha de vencimiento del ciclo de Guillermo Barros Schelotto. A fin de cuentas, el propio Mellizo tiene claro el panorama porque conoce el paño azul y oro. En las buenas, y en la malas mucho más, todo se magnifica alrededor de este gigante continental.

Tiene este duelo con Junior, entonces, carácter de final. Porque será decisivo para las aspiraciones xeneizes. La victoria le permitirá depender de sus propias fortalezas en la búsqueda de los octavos de final. El problema son esas debilidades colectivas que muestra, muy a pesar de que domina holgadamente la punta del torneo doméstico hace 507 días. Boca deberá luchar con su enemigo interno para salir indemne de Barranquilla. Contra un cóctel infernal, el que mezcla una temperatura superior a los treinta grados con un alto porcentaje de humedad. Contra el equipo de Teófilo Gutiérrez, siempre amenazante con la banda roja sobre el pecho blanco o con la camiseta de Central. El mismo que aderezó con palabras picantes la previa del duelo disputado en la Bombonera pero tuvo un rendimiento desabrido.

Boca sólo ganó 3 de los 13 duelos que disputó en estas latitudes. Uno de ellos, casualmente, ante Junior. Fue hace 17 años y todos saben cómo terminó la historia. Empató 5 y perdió otros 5. También es cierto que aquí perdió una Libertadores, contra Once Caldas por penales en Manizales. Pero logró una Recopa Sudamericana, en el mismo rival y en idéntico estadio. Había ganado en la Bombonera (3 a 1) y a pesar de la caída (2 a 1) en el Palogrande, pudo coronar.

La derrota en 2004 acabó con el segundo ciclo de Bianchi. El título de 2005 afirmo a Alfio Basile. Guillermo está en la mitad del camino. De su pericia en el banco dependerá terminar como el Virrey o resurgir como el Coco. En ese sentido, el técnico confirmó la presencia de Wilmar Barrios, recuperado del desgarro, después de la práctica vespertina. Edwin Cardona quedó descartado. La duda es saber si jugará Wanchope Abila o Bebelo Reynoso. De la presencia de uno u otro cordobés depende la posición de Tevez. De 9 o de mediapunta. 

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