Catherine Fulop: "Nicolás Maduro es un criminal y asesino"

Venezolana de nacimiento y argentina por opción, Catherine Fulop no escatima pasión y angustia al responder sobre la dilatada crisis económica y social de su país de origen. “Me lastima el corazón no poder estar cerca de mis afectos. No extraño lo que hacía de niña, ni mi barrio o mi casa, o las arepas y comida de allá, porque yo me la hago en Argentina, lo que extraño es a mi mamá, si tuviese la posibilidad ya tomaría un avión y me iría a tomar un café con mami” le cuenta a DiarioShow.com.
Decidida, agrega: “Esta separación se la debemos al criminal y asesino de Maduro, que nos quitó la unión a todos los venezolanos. Estoy en contra de la radicalización política y acepto a los que opinan distinto a mí, pero nadie puede decirme que Venezuela es democracia, el régimen de Maduro es una mamarrachada”.
Fulop pide a gritos que “liberen a Venezuela” porque considera que la república está presa y nada es como antes. “Quedarse neutros e indiferentes no es solución a nada, hay hacer algo por nuestra gente”, dispara mientras siente una profunda nostalgia por recuerdos que vienen a su mente: “Me acuerdo todos los diciembre que nos juntábamos en familia, comíamos para la fiestas y ahora más de grande también lo hicimos con nuestros hijos. Eso ya no lo tengo, me lo sacaron, y si viajo corro el riesgo de que me saquen el pasaporte venezolano, como ya lo hicieron con otros artistas”.
Vive entre dos banderas, algo que ella define de la siguiente manera: “Me siento parte de ambas naciones, y amo Argentina y a su gente. Son una tierra de gente apasionada y luchadora. No se dejan engañar y tiran para adelante. Siento a este país mi hogar y estoy feliz de que mis hijas hayan nacido acá”.
Recuerdos de su niñez
Con una familia y trayectoria consolidada, la actriz lleva como bandera la frase “Si encuentras bueno ser importante, recuerda que es más importante ser bueno”.
“Mamá me mimaba mucho y me hacía una comida que me encantaba”, evoca Cathy. “Riñón con sesos, hecha en guiso, y lo acompañaba con arroz, y de postre prefería torta de chocolate amargo a un helado”.
Fulop relata que de adolescente iba al cine, tomaba el té con sus amigos en su casa, salía a pasear por el barrio y el centro comercial, pero no fue hasta la mayoría de edad que empezó a ir a bailar. “Lo que sí hacíamos eran ‘asaltos’, que eran reuniones en alguna casa, poníamos dj, tomábamos gaseosa, y la pasábamos bárbaro”, rememora.