Tragedia: un dogo mató a una niña de dos años en Ensenada

Una niña de dos años murió luego de ser atacada el domingo pasado por la tarde por un perro de raza dogo argentino en una casa del barrio El Dique, en Ensenada, La Plata.

La menor fue trasladada por sus padres al hospital Rossi de esa ciudad y al llegar los médicos advirtieron la gravedad de las heridas. Por tal motivo, fue derivada al Hospital de Niños de la Plata, donde finalmente murió a los pocos minutos de haber ingresado.

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Según informó el diario El Día, la niña sufrió serias heridas en el rostro y el cuello por parte del animal que pertenecía a la familia. Se puso en conocimiento a la titular de la UFI en turno quien dispuso medidas procedimentales al efecto.

¿Por qué los perros atacan a los niños?
Por su contextura, los de 5 a 9 años se encuentran en el grupo que sufre las lesiones más graves. En muchos casos los perros muerden los niños en espacios abiertos, pero también se registraran accidentes dentro de los hogares.

Los pitbulls y los perros de raza mixta presentan el mayor riesgo de morder y causar mayores daños, según los especialistas del Centro Médico Wexner tras analizar 15 años de casos de traumas faciales de niños Hospital Infantil Nationwide y del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia, según una nota que publicó LA NACION, en marzo de 2019.

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Los motivos que llevan a un perro a atacar a un niño puede variar y depende mucho del comportamiento tanto de la raza del perro como de los dueños y las familias de los animales. De forma habitual, los perros reaccionan ante situaciones que interpretan como un ataque, aunque los humanos no actúan como tal.

La mayoría de los ataques a niños en un hogar ocurre cuando el perro está descansando. "Lo ideal es que el perro tenga un espacio lejos de los ambientes donde los niños corren y juegan", señaló Meghan Herron, profesora de la Escuela Estatal de Medicina Veterinaria de Ohio.

Muchos de los consejos apuntan a tomar recaudos en un ambiente hogareño, como establecer barreras físicas para evitar reacciones en el perro ante el movimiento poco previsible de un bebé o un niño.

FUENTE: LA NACIÓN