Un paro contundente y una CGT con la mira en el día después.

Distintos sectores de la central obrera plantean la necesidad de endurecer su posición frente al gobierno de Mauricio Macri. Trabajan en cinco puntos de unidad: defensa del transporte, de la energía, de la producción, de la salud y de la educación.

Argentina 24/06/2018 Edgardo Montivero Edgardo Montivero
CGT

Para la estadística, el de mañana será el tercer paro general de la CGT contra el gobierno de Mauricio Macri. La medida de fuerza promete contundencia porque, a diferencia de diciembre pasado, la adhesión de los sindicatos se presenta hasta el momento sin fisuras y la coyuntura ayuda.

Sin embargo, la efectividad de la huelga crecerá en tanto se enmarque en un proceso posterior no sólo de unidad sindical sino a partir de un programa que todos acompañen. Es el camino necesario para que el gobierno sienta que tiene enfrente un actor político de peso y no una congregación informe y dividida que se vuelve incapaz de defender los derechos de los trabajadores ante el programa económico que implementan en la Casa Rosada.

Hace unas semanas el triunviro Juan Carlos Schmid aseguró durante una entrevista a PáginaI12 que la CGT llegó tarde a los acontecimientos y ésta no parece ser la excepción.

El reclamo de la central obrera llega en un momento de debilidad del Gobierno pero entre algunos dirigentes sindicales que integran el Consejo Directivo como otros que estuvieron y ya no lo están e incluso los que nunca se sumaron, coinciden en que el llegar tarde debe ser tomado como una anécdota pero advierten que el error sería que todo se agote en la medida de fuerza.

Por caso, el viernes pasado dirigentes que no comparten tribuna como Pablo Moyano de Camioneros y el titular del gremio de los pilotos, Pablo Biró, coincidieron en señalar la necesidad imperiosa de corregir los errores internos en la CGT y acordar lo que el aeronáutico definió como “un plan programático” que una a la central obrera: “Habiendo logrado la unidad, hay que impulsar un plan de lucha mucho más profundo, primero en la CGT y después articularlo con todos los sectores de la sociedad”, indicó Biró, que suele repetir que nadie negocia con débiles.

De alguna manera Moyano hijo se expresó en el mismo sentido cuando exigió que el reclamo “no se agote el lunes a la noche” al entender que el modelo del gobierno continuará que por más que esté golpeado no hay señales de que se detenga y, como indicó el camionero “vendrán por los convenios colectivos de trabajo, la reforma laboral, con un ajuste brutal después del acuerdo con el Fondo”.

En principio hay dos sectores que por separado plantean el cambio en la confederación de trabajadores. Hay puntos de coincidencias e incluso comparten espacios de militancia.

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